Un estilo de vida sedentario, del trabajo a casa metido en transporte público o el coche, usar siempre protección solar, son factores que dañan nuestra salud de manera grave.
Entre noviembre y marzo hace falta estar 130 minutos al Sol, con un 10% del cuerpo expuesto, para obtener toda la vitamina D que el cuerpo necesita (unas 1000 unidades internacionales diarias).
La carencia de vitamina D es algo generalizado. Sólo entre un 10 y un 20% de ella se obtiene de los alimentos. Entre el 90 y el 80% se produce en la piel.
Afecta:
- los huesos (osteomalacia, artrosis, osteoporosis, caries y raquitismo)
- sistema inmunológico (es una pieza clave para defendernos de virus, bacterias, el frío…)
- el sistema nervioso (deficiencia cognitiva, estrés y ansiedad, enfermedades tipo Alzheimer)
- el sistema muscular (metabolismo celular, pérdida de masa muscular, falta de energía)
¿Cómo hemos de tomar el Sol?
Usando la lógica: evitando las horas centrales de máxima exposición; empezando por brazos y piernas antes de pasar a tomar el Sol de cuerpo entero; sin ventanas, cristales ni plásticos de por medio (alteran la radiación solar) y sin crema protectora.
La crema protectora sólo ha de usarse si la exposición va a ser prolongada. Para nuestro propósito necesitamos exponer nuestra piel tal cual es. Sin cremas, aceites ni pintura.
La buena noticia es que de abril a octubre, con exponer un 25% de nuestro cuerpo (la zona del cuello y pecho son las que mejor sintetizan la vitamina D) durante 20 minutos, para poder producir y almacenar suficiente cantidad de vitamina.